Reunir a 22 almas en un salón, cada sábado durante 10 semanas, con el único y maravilloso objetivo de escribir desde el corazón, solamente podía regalarme felicidad.
El taller de escritura emocional expresiva surge como una necesidad personal de mostrar a otros lo que para mí significa la escritura, el valor que lleva implícito reconocerse y redescubrirse mediante la redacción.
El bien que las palabras genera. El equilibrio que la ejecución de ejercicios de escritura aporta a quien es tan Valiente como para coger un bolígrafo y un papel y enfrentarse a sus miedos, sueños, deseos más íntimos, verdades y mentiras, dolor y pena, necesidades.
10 semanas para derramar vida, entregar aliento, abrazar otras almas, festejar las alegrías ajenas, ofrecer una mano a quien la solicita en silencio, llorar los fracasos y retomar tras el aprendizaje de la caída.
10 semanas de conexión humana y de desapego material, de reflexiones con hondura, de cuestionamientos reveladores, de respuestas sinceras…